El 2 de junio y el 13 de octubre de 2022 nos reunimos en dos nuevas sesiones de nuestro ameno Club de Lectura para charlar sobre la nueva lectura: la novela La aventura del tocador de señoras (2001) del escritor catalán Eduardo Mendoza. Esta obra, retoma las enloquecidas aventuras del innombrado protagonista de El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de las aceitunas, convertido esta vez en peluquero ocasional, buscavidas incondicional y víctima de un engaño que le obliga a investigar un asesinato para salvar su propio pellejo. Algo más entrado en años, pero igual de estrambótico, nuestro héroe abandona definitivamente el manicomio en el que lleva décadas confinado, con la idea de encauzar su vida. No se espera de él que resuelva enigma alguno, pero su destino le llevará a hacerlo. Tampoco la ciudad que le aguarda es la Barcelona cambiante de la transición o la todavía en ebullición de comienzos de los años ochenta: nos encontramos en la resaca postolímpica, en un mundo que se ha vuelto a la vez más turbio y más complejo, pero cuyas leyes permanecen tan inescrutables para el improvisado sabueso como las de antaño. Sin más recursos que los que le brinda un instinto que sin él saberlo es el propio del pícaro, ha de encararse a una malla de lianas invisibles, aunque mortíferas, que tejen un entramado de crimen y corrupción.
Durante las dos reuniones, separadas por el paréntesis de las vacaciones del verano, todos los miembros del Club estuvimos de acuerdo en que se trata de una novela muy amena y divertida, una parodia de las novelas policíacas, con una sucesión de diálogos absurdos e hilarantes, inspirados en el cine de humor de los Hermanos Marx, y escenas surrealistas, con personajes inolvidables, como el guardaespaldas negro llamado Magnolio o el alcalde de Barcelona, entre otros, muy bien definidos con trazos certeros, además de destacar que se trata de una sátira social ingeniosa y divertida, explícita pero desprovista de aristas hirientes. No es la mejor novela de la serie del detective loco sin nombre del Premio Cervantes 2016, pero sin duda resultó una lectura muy amena y entretenida.
