El 9 de diciembre de 2021 y el 3 de febrero de 2022, volvimos a reunirnos todos los miembros del Club de Lectura con la finalidad de conversar sobre el cuarto libro que hemos leído: El salón de ámbar (1999) de la escritora española Matilde Asensi. Esta obra de 208 páginas, que fue un éxito de ventas al ser publicada, es una novela de aventuras que narra la historia de unos ladrones de obras de arte, ubicados en diferentes países y que se mantienen en contacto a través de Internet para planear sus actividades ilegales. Este grupo de ladrones internacionales se hacen llamar el Grupo de Ajedrez y centran su objetivo en encontrar "El salón de ámbar", una cámara del siglo XVIII construida enteramente con ámbar semitransparente del Báltico regalada por el rey de Prusia al zar de Rusia, que fue robada por los nazis en 1941 al invadir Hitler la Unión Soviética y cuya pista se perdió al acabar la Segunda Guerra Mundial. Los personajes que componen la trama son Ana Galdeano (Peón), protagonista y narradora en primera persona, la encargada de perpetrar los robos y sustracciones del grupo; José Cavalo (Caballo), un portugués, relojero de profesión y hombre tremendamente atractivo que hará que la protagonista, Ana, se enamore perdidamente de él y además la ayudará en la búsqueda del salón de ámbar por Europa Central; Läufer (Alfíl), un alemán que es el genio informático que se encarga de organizar todos los contactos a través de un canal de IRC en Internet; Rook (Torre), un alto ejecutivo inglés, concretamente de Londres. Hombre de abundante dinero y generosa posición; Donna (Reina), brillante y bellísima mujer de negocios italiana, que se dedica a la restauración de obras de arte y Roi (Rey), un venerable francés que es el director ejecutivo del grupo, el jefe, la pieza más importante del tablero, quien da la órdenes y se preocupa de todos los cabos sueltos y cualquier problemática de índole técnica.
Todos convenimos en general que es una lectura fácil y amena, con una trama interesante que engancha con facilidad. Sin embargo, la escritora falla en el desarrollo poco profundo de los personajes, omite recursos literarios en los momentos trascendentales (que hubieran generado mayor tensión y dramatismo), y se precipita al contar el final. La historia es predecible y los personajes están poco definidos. Cierto es, no obstante, que la obra tiene cierto ritmo y que el contexto histórico es conciso pero correcto. En definitiva, El Salón de Ámbar es una narración entretenida pero demasiado burda.
